Ella

Se encerró y empezó a llorar, lo lloró todo: lloró los errores, lloró la desesperación, lloró las pérdidas, lloró el miedo, el dolor, las mentiras, las vergüenzas, las confusiones, las penas y los más amargos recuerdos, lloró tanto que al final ya no quedaba nada, sólo ella y un cauce de tristeza empapando las sábanas.

Ahora, vacía, sin tristezas ni alegrías, sin sentimientos al fin, sin medidas de tiempo, sin vida, estaba lista para empezar de nuevo, ya no había recuerdos, después de tanto llorar ella volvió a nacer porque así es como nacemos, sin nada y talvez por tener tanto es que morimos un poco antes de lo esperado.

Ella lloró, quedó vacía, ella volvió a nacer.

Harolyn M. Acosta

Leave a comment